Más de 150 personas siguieron las jornadas sobre la incorporación de la dimensión de género en la investigación

Jornadas sobre dimensión de género en la investigación

Más de 150 personas siguieron las jornadas sobre la incorporación de la dimensión de género en la investigación

Tuvieron lugar los días 7 y 8 de octubre y fueron organizadas por ADItech en colaboración con UPNA e INAI

Con el objetivo principal de que el SINAI (Sistema Navarro de I+D+i) incluya la dimensión de género en sus investigaciones ADItech, Coordinador del SINAI, organizó estas jornadas con la colaboración de la Universidad Pública de Navarra, UPNA, y el Instituto Navarro para la Igualdad / Nafarroako Berdintasunerako Institutua, INAI.

Las jornadas pusieron sobre la mesa, la importancia de incluir la dimensión de género en cualquier proceso de investigación de cualquier disciplina. Ya sea una ciencia exacta o una ciencia social incluir dicha dimensión en la investigación permite alcanzar la excelencia científica y obtener unos resultados con mayores beneficios para toda la sociedad. Además de alinear la investigación con las políticas internacionales, tal y como marca el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 5 de la ONU, las recomendaciones del Espacio Europeo de Investigación, las exigencias del programa marco Horizonte Europa, donde en caso de no incluir la dimensión de género es necesario justificar por qué no se ha hecho, la ley española de la ciencia, la tecnología y la innovación y el propio Gobierno de Navarra, en la ley foral de ciencia y tecnología, quien incluye esta dimensión como criterio de evaluación de los proyectos de I+D+i. Para ayudar al Sistema Navarro de I+D+i a incorporar esta dimensión, ADItech viene liderando, desde 2019, actividades relacionadas como estas jornadas.

Ambos días comenzaron con ponencias institucionales. El primer día por parte de Gobierno de Navarra, de la mano de Ana Burusco, Directora General de Universidad, de Maruxa Arana, responsable de Investigación con Dimensión de Género en ADItech (entidad organizadora de las jornadas), de Begoña Pérez, Vicerrectora de proyección universitaria, cultura y divulgación científica de UPNA y entidad colaboradora en la organización de las jornadas, y de Katja Reppel, de la Dirección General de Investigación e Innovación de la Comisión Europea. El segundo día intervinieron Agurtzane Martínez, Directora General de Innovación del Gobierno de Navarra, Eva Istúriz, Directora General del INAI, entidad colaboradora en la organización de las jornadas, y Zulema Altamirano, Directora de la Unidad de Mujeres y Ciencia del Ministerio de Ciencia e Innovación. En sus intervenciones destacaron la importancia de incluir la dimensión de género en los proyectos de investigación. Esto supone de acercarse a la ciencia desde las preguntas, de salir de los antiguos caminos de la investigación para explorar nuevas hipótesis que darán lugar a un nuevo conocimiento y a unos resultados más igualitarios para toda la sociedad. Explicaron que incluir la dimensión de género en la investigación consiste en ampliar el concepto de ser humano, hasta ahora basado en el androcentrismo, donde el hombre occidental blanco es el prototipo único de ser humano. Esta dimensión de género incluye la variable sexo, entendida como las características biológicas de las personas, y el análisis de género, concepto de construcción social, a la hora de abordar una investigación. Lo cual amplía y asemeja a la realidad el concepto de ser humano. Recordaron también que además de alcanzar así la excelencia científica y unos resultados más igualitarios, incluir la dimensión de género en la investigación es un criterio obligatorio en las diferentes convocatorias de proyectos de I+D+i.

A lo largo de las diferentes ponencias ofrecidas ambos días por un panel internacional de personas expertas en investigación con dimensión de género se fueron sucediendo distintas disciplinas como por ejemplo la física y la filosofía, que fueron los temas inaugurales de las ponencias del primer día. Primero Tomas Brage, doctor en física y matemático de la Universidad de Lund habló de la influencia que tienen cuestiones como la cultura y la historia en una disciplina de las ciencias exactas y cómo esta influencia evidencia la necesidad de la perspectiva de género a la hora de acercarse a la física. A continuación, la doctora en filosofía por la Universidad Autónoma de Madrid, Ana de Miguel, hizo un análisis de las consecuencias de no haber tenido una mirada de género desde la antigüedad y de no haber corregido esta mirada a lo largo de la historia. Evidenció además cómo el progreso científico y tecnológico no ha estado acompañado de un progreso moral, lo cual aumenta las desigualdades y hace más necesaria, si cabe, la inclusión de la dimensión de género en cualquier disciplina.

Las jornadas comenzaron el segundo día con una serie de ejemplos que hacen patente la necesidad de incluir la dimensión de género. Sabine Oertell-Prigione, médica, investigadora y experta del proyecto “Innovaciones de género” habló de cómo el Covid-19 afecta de forma diferente a hombres y a mujeres. Un tema que ha sido recurrente en los medios de comunicación y en el debate social, pero que no ha tenido su repercusión con la misma importancia en la investigación. Raül Andero Galí, profesor de Investigación ICREA, en la Universidad Autónoma de Barcelona, explicó cómo descubrieron que los fármacos afectan de forma diferente a hombres y a mujeres, incluso la eficacia del fármaco varía en función del ciclo hormonal en el que se encuentra cada uno de ellos en el momento en el que se administra. Este descubrimiento ha tenido lugar gracias al inconformismo y a la aplicación de la lógica. Por qué se usan tradicionalmente ratones macho para estudiar fármacos de enfermedades que mayoritariamente afectan a mujeres. Empezar a utilizar ratones hembra para ello ha permitido abrir esta nueva línea de investigación y a buen seguro desarrollar fármacos más eficaces. Incluso los órganos tienen sexo, así lo dejó patente Irene Miguel-Aliaga, profesora de genética y fisiología, de la facultad de medicina del Imperial College de Londres. Demostró cómo los órganos se interrelacionan entre sí, tienen su propio sexo y en muchas ocasiones son conscientes de ello. Incluso las células conocen su sexo.

Tras estos ejemplos la economía y el derecho fueron los protagonistas. Tanto Paula Rodríguez, profesora de economía de la Universidad Pablo de Olavide y experta para la ONU, como Fernando Lousada Arochena, Magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Galicia, destacaron el lastre que tanto la economía como el derecho arrastran desde la antigüedad porque ambas disciplinas se han construido a imagen y semejanza del hombre y de sus actividades. La economía reconoce como actividades económicas aquellas que tradicionalmente han sido desarrolladas por hombres y son éstas las que históricamente reciben una remuneración. Esta visión de la economía deja fuera de ella actividades realizadas tradicionalmente por las mujeres como los cuidados y la crianza. De la misma forma el derecho arrastra la tradición del derecho romano que fue elaborado para y por hombres. Esta mirada androcentrista de ambas disciplinas es excluyente y hace patente la necesidad de la incorporación de la dimensión de género para actualizarlas a la realidad del siglo veintiuno.

La brecha de género que puede ocasionar la inteligencia artificial fue parte de la ponencia de Roger Søraa, investigador del Centro de Tecnología y Sociedad de NTNU. Roger recordó la importancia de contar con equipos diversos a la hora de desarrollar la inteligencia artificial para que pueda reflejar la realidad de la sociedad y no profundizar en lo que históricamente se ha considerado actividades o gustos de hombres o de mujeres. La sostenibilidad con dimensión de género fue el tema de la ponencia de Meike Spitzner, Wupertal Institute Energía, Transporte y Políticas Climáticas. Una sostenibilidad que tiene que tener en cuenta las necesidades de los diferentes géneros.

Por último, Enrique Santamaría, investigador de Navarrabiomed, y Sara Díaz de Cerio, directora de ANAPAR, pusieron sobre la mesa un proyecto de investigación en el que están colaborando y en el que están aplicando la dimensión de género. Consiste en investigar el olfato y su relación con enfermedades como el Alzheimer y el Parkinson. Enfermedades que no afectan de forma igual a hombres y mujeres, aunque a día de hoy se les administran los mismos fármacos y se tratan de igual forma. El objetivo de estas investigaciones es contribuir a la generación de nuevos fármacos, adaptados al sexo de cada paciente, que por lo tanto conseguirán unos mejores resultados. Como quedó patente a lo largo de estos dos días, por complejo e incómodo que pueda resultar la inclusión de la dimensión de género en la investigación, ésta es imprescindible para una ciencia excelente y para unos resultados mejores.

Más información sobre la iniciativa dimensión de género de ADItech



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